Mercados de Navidad de Barcelona

El mercado de Navidad de Santa Lucía es el más típico de Barcelona y uno de los mercados navideños más antiguos de España. Situado frente a la catedral, en el corazón del barrio Gótico, abre sus puertas desde finales de noviembre hasta el 23 de diciembre y alberga más de 200 puestos de artesanía con artículos navideños: figuras, belenes, guirnaldas, iluminaciones y abetos, pero también algunas curiosidades típicas catalanas…

La oferta es cada vez más diversificada, pero los puestos más numerosos son los de figuritas y belenes así como sofisticados elementos paisajísticos: casas, árboles y decoraciones que permiten la construcción de los famosos belenes mediterráneos que pueden ocupar una superficie de varios metros cuadrados.



Pero además de magníficos figuritas de belén, algunas de los cuales son verdaderas obras de arte, se puede descubrir también algunas peculiaridades de las tradiciones catalanas.

El "tío" es un tronco que alza sobre dos pequeñas patas de madera, en uno de sus extremos se pinta una simpática cabeza a menudo con una pequeña nariz de madera, y todo ello ataviado con una boina roja típicamente catalana.
Su origen viene de una antigua tradición navideña: originalmente en los hogares pobres era un trozo de madera que alimentaba la chimenea, y su regalo era el calor que aportaba a la casa.
Actualmente, a partir del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, los niños deben alimentar a su tío todas las noches y cubrirlo con una manta roja para que no se enfríe.
El día de Navidad, o el día anterior, según la tradición familiar, se le ordena "cagar" (literalmente) los regalos. Para ayudarlo a cagar (que es el término que se usa en las canciones), los niños lo golpean con un palo mientras cantan populares canciones infantiles.
El "tío" no da grandes regalos, estos son traídos después por los reyes magos. Entrega pequeños objetos, generalmente dulces, nueces y turrones, que los padres han escondido bajo la manta que lo cubre y que son revelados una vez que de haber sido debidamente apalizado.




Además de Jesús, María y José, la tradición catalana requiere que se añada un personaje único al belén: el "caganer", literalmente el cagador. En un discreto rincón del belén, esta figurita representa un personaje haciendo sus necesidades. Su presencia es siempre discreta, está casi escondido, y se considera un toque de ironía.
Su origen se pierde en la noche de los tiempos. Nadie sabe cuándo y dónde apareció por primera vez este personaje. Originalmente, era un campesino que vestía la tradicional boina roja catalana llamada barretina.
Convertida en moda, se pueden ahora encontrar puestos dedicados exclusivamente a la venta de "caganers" con representaciones de personajes conocidos del mundo del deporte, la política o series de televisión de actualidad.



Una tradición común en toda Europa es que los niños que no se han portado bien reciban carbón en lugar de regalos. El origen de esta tradición parece explicarse por el hecho de que Papá Noel, sin tener planeado un regalo para este niño, le deja lo primero que encuentra al bajar por la chimenea: un trozo de hollín o carbón.
Para los niños, el mensaje es claro: hay que esforzarse para recibir regalos al año siguiente.
En el mercado navideño venden bolsas de "carbón" que contienen dulces negros hechos de azúcar.
Los catalanes, siempre con un toque escatológicos, le añadían heces, en azúcar o chocolate, perfectamente imitados y muchas veces presentados en un pequeño orinal.
Se pueden encontrar estos sorprendentes regalos en muchos puestos del mercado.



-> Más información en el sitio web del mercado de Santa Lucía

-> Sitio web de ventas online de Caganers

-> Descubra este mercado durante la visita del barrio gótico